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LA CUSTODIA DEL
CORPUS DE ÁVILA. A la fe por el arte Presentación:
La festividad del Corpus celebra
la exaltación de la Eucaristía. La instituyó el Papa Urbano VI en 1246, pero el
impulso definitivo se debe al Concilio de Trento, por lo que en España las
procesiones del Corpus adquieren su máximo fervor en el siglo XVI.
En esas fechas, Ávila vive su
“siglo de oro”. Es una ciudad rica, con un gran desarrollo demográfico,
cultural, artístico, religioso y económico.
Igualmente la Catedral llega al
apogeo de sus realizaciones artísticas con el retablo, el coro, el trascoro, el
sepulcro de El Tostado y, por supuesto, una custodia procesional. Por lo que el
cabildo contrata en 1564 al mejor orfebre del reino, el leonés Juan de Arfe,
hijo y nieto de orfebres de origen alemán, que hará para Ávila su primera gran
Custodia y, según algunos críticos, la mejor de las que labró.
La Custodia es un libro abierto,
escrito en 63,9 kilos de plata, cuyo relato bíblico se centra en la Eucaristía
y narra la historia de la Salvación.
Se trata de una custodia de
asiento para ser transportada en carroza y con forma de torre o templete para
significar la morada de dios entre los hombres y se levanta sobre planta en
forma de estrella de seis puntas y tiene seis cuerpos que disminuyen
proporcionalmente a medida que asciende y alternan una planta hexagonal con
otra circular.
Descripción
El primer cuerpo tiene en el basamento 30 escenas del Antiguo
Testamento inspiradas en pasajes del Génesis y el Éxodo y culminan con el
grupo escultórico central que representa el sacrifico de Isaac, rodeado
de seis torres que alojan a las virtudes: fe, esperanza, caridad,
justicia, prudencia y fortaleza, y donde falta la templanza que es mesura y
moderación, lo que aquí no tiene sentido. Encima de las torres, seis templetes
con las Sibilas.
El segundo cuerpo alberga en el centro el Ostensorio como sol
radiante bajo cúpula decorada con los símbolos de los 4 evangelistas, el Ave
Fénix y el pelícano.
Lo rodean las figuras de los apóstoles,
portando en la mano el instrumento de su martirio, que caminan mirando hacia
Cristo. Los profetas que lo anunciaron miran al exterior, hacia
nosotros.
Sobre el basamento hay 48
santos, algunos sin identificar.
En el tercer cuerpo se representa la advocación a la que está dedicada la
Catedral de El Salvador, la Transfiguración, anticipo de la gloria.
Alrededor, se disponen doce
templetes de los que cuelgan campanas y alternan con músicos
tocando instrumentos; son los ángeles cantores.
El cuarto cuerpo alberga al Padre Eterno con la bola del mundo.
Representa la vida divina de la que participamos en la Eucaristía, haciendo a
todas las personas partícipes de la vida de Dios.
El quinto cuerpo rodea con balaustrada una campana sola. Es la
llamada a la oración desde la torre de la iglesia.
(Esta llamada se introdujo en el
siglo XIII antes del Sanctus, dentro de la iglesia, y después de la
Consagración, fuera, en la torre, para que llegase a todas las personas)
El sexto cuerpo remata con una cruz, símbolo por excelencia de
la salvación.
La custodia fue construida para
exponer y llevar por las calles a Cristo, presente en el sacramento de la
Eucaristía y así lo hace cada día del Corpus desde aquel lejano año de 1571,
cuando lo hizo por primera vez, llevarnos a la fe por el arte.
Consta de 57 estatuillas, 6
columnas dobles, 98 sencillas, 78 relieves, 3 cuerpos con 10 estatuillas y 13
campanillas. Altura: 1,65 metros. Peso: 63,912 kilos. Costó
1.907.403 maravedíes.
Si nos fijamos, está llena de
símbolos. Todos los elementos que se utilizan en la decoración tienen un
significado. Búscalo.
¿Qué nos quisieron contar con el
sacrificio de Isaac?
¿Qué significan el Ave Fénix o el
pelícano?
El tetramorfo de los evangelistas
Los instrumentos de martirio de
los doce apóstoles
Y todo lo que se te ocurra….
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